Que difícil nos ponen el optimismo

No hay manera. Me había propuesto, después de que alguna gente me dijera que mi último post había sido muy duro, focalizar en éste tantas cosas buenas como, aunque parezca mentira dadas las circunstancias, estamos viendo de muchas empresas y empresarios, de deportistas y artistas (al Insignificante Wyoming aún lo estamos esperando), de profesionales como los sanitarios, la Guardia Civil o el Ejército, pero, sobre todo, de muchas personas anónimas que se echan el miedo, la preocupación y la enfermedad al hombro e ingenian iniciativas para ayudar a lo que sea, en lo que sea, como sea. Me refiero a esa gente que ha puesto a trabajar su experiencia, sus conocimientos y sus medios para, qué te digo yo, hacer componentes de esos respiradores cuya falta está obligando a los sanitarios a elegir quien vive y quien se deja morir , con sus impresoras 3D ; que uno aún ni se imagina cómo demonios funciona eso. Obra de moros, que dicen en mi tierra. O a Rosita, una inmigrante de mi ...