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Mostrando entradas de enero, 2021

VACUNEMIA

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Ido Illa (tanta penitencia halle como desastre deja), sustituido por una señora tan poco ducha en cuestiones sanitarias como él, pero que resulta que ya era ministra de antes, sin que no lo supieran más que en su casa, preocupa el proceso de vacunación, que cojea, se arrastra, se incumple y se salta más que Sánchez los protocolos en las recepciones con el Rey. Y no solo, como ya era previsible, porque el exministro del desastre no hubiera previsto el tema de las jeringuillas, que también. No, ahora resulta que estamos en manos de unos estafadores habituales, las farmacéuticas dueñas de las vacunas que, aunque han cobrado ya un pastón de la Unión Europea, con la que habían comprometido mil millones de dosis de vacunas, remolonean, incumplen plazos de entrega, subastan su producción a mejores clientes… Y nos tienen el ritmo de vacunación no en eléctrico be bop , sino en monótona, estática, aburridísima sardana, ya que estamos. Que es más ágil un chotis sobre una baldosa que la “marcha

¿Pandemia? PandILLA

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  España yéndose al carajo por la puerta grande, con el equivalente en fallecimientos por el maldito bicho a dos aviones de pasajeros estrellándose cada día, con el paro creciendo, el turismo -primera industria del país- en números de ruina y la kale borroka resurgiendo disfrazada de botellón; y el presidente de su (des)Gobierno, Sánchez , el felón, disfrazándose de socialista en campaña, con la cazadora de ante, y de evento electoral para presentar a su candidato a las próximas elecciones autonómicas en Cataluña, el próximo 14 de febrero, si el Tribunal Supremo del lugar no lo remedia. No tendría ni medio pase de ningún modo pero, a más, a más, el tal candidato no es otro que el vigente ministro de Sanidad; el responsable, o sea, de la lucha contra la pandemia; el irresponsable, más bien, que con su ineptitud, su desconocimiento, sus erráticas determinaciones, su priorización de lo ideológico, lo político, lo partidista, lo personal incluso si el fin era la poltrona catalana, nos

¡BEEEEE!

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  A mi se me queda la impresión, mirando alrededor, de que los españoles nos vamos aborregando a una velocidad tremenda. Y es preocupante no solo la rapidez a la que nos vamos ovejunando, sino la magnífica calidad que, como rebaño, vamos adquiriendo. Aquí una serie de altos cargos, municipales, autonómicos y ya verán como sale más de uno nacional (¿que no se ha vacunado aún Irene Montero y sus criaturas? ¿Qué se juegan?), se saltan a la torera las prioridades en la administración -por otra parte lenta, caótica e imprevisible- de esta o la otra vacunas contra el bicho, y no pasa nada, oiga. No solo eso, sino que alegan, como ha hecho el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Murcia , que “fue sin mala intención” y la gente sigue callada, borrega. A ver, por supuesto que no fue con mala intención, sino con la muy buena -para él y los que con él se prevalieron de su cargo- de protegerse de la enfermedad antes de lo que les correspondía y preteriendo a quienes, ancianos, sanitarios o de