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Mostrando entradas de enero, 2020

Un ministro como tú, en un Gobierno como este

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José Luis Escrivá quería ser ministro desde que Cristóbal Montoro lo saco del Servicio de Estudios del BBVA para hacerlo primer presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) : una cosa que el Gobierno del PP se inventó por aquello de seguir indicaciones -pero no órdenes- comunitarias y desarrollar un “mandato constitucional”, que había estado ahí treinta y seis años sin que nadie se preocupara mucho de desarrollarlo. Pero es que nadie como la derecha para ahorcarse pagando la soga de su bolsillo. Asistí, por razón de mi cargo en aquel momento, a la gestación y nacimiento de la AIReF; viví las elevadas exigencias de Escrivá en materia de personal y retribución -cuando estábamos en un forzoso momento de contención del gasto público y la tasa de reposición-, que se contuvieron por esa causa desde la Secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos; y constaté después su ambición, su gusto por las apariciones públicas y los titulares de prensa. Iba pa

Puntadas con hilo

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Tras comunicárselo al Rey, por teléfono -qué elegancia-, Pedro Sánchez ha parido su Gobierno de coalición con los podemitas. Toda una declaración de intenciones. No sólo porque vaya a ser el gobierno del amor, con un vicepresidente arrejuntao con una ministra y un ministro ennoviao con la tercera autoridad del Estado , sino porque su composición adelanta cuáles son las intenciones del felón para cuanto sea que dure esta legislatura, que no será mucho. Porque ha configurado, en primer lugar, el gobierno más numeroso de la democracia, que pagaremos usted y yo, para tratar de difuminar el papel de sus obligados compañeros de viaje, el llorón y sus aledaños, dentro del mismo: cuatro vicepresidentes y dieciocho ministros que tendrán que apiñarse en el banco azul del Congreso, donde hasta ahora solo había veinte sillones. Porque, entre esas cuatro vicepresidencias ha colocado, casi a última hora, con sorpresa para propios y extraños, y las competencias sobre cambio climático,

Gobierno a ninguna parte

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Si a usted no se le atragantó el rosco de Reyes escuchando las soflamas guerracivilistas de los socios de Pedro Sánchez en el debate de investidura, incluida la socialista Adriana Lastra , es posible que se le haya estomagado la elección del felón por dos votos, incluso más que comprobar el saldo de su tarjeta de crédito después de las fiestas y ante la cuesta de enero. Bueno, pues esa parte ya no tiene remedio. A la tercera, Sánchez ha conseguido juntar ciento sesenta y siete votos y unas cuantas abstenciones para seguir usando su colchón de La Moncloa y llevar a Begoña a hacer turismo en avión privado. No tiene vuelta de hoja y, por lo tanto, tampoco tiene sentido seguir repasando las mentiras con las que Sánchez engañó a sus votantes, las traiciones que a sus seguidores ha perpetrado para arrojarse en brazos del llorón de Pablo Iglesias, o el precio que ha costado el voto de ese tipejo que jamás ha hecho nada por desvaciar Teruel, ya que el fue de los primeros en marcha