La victoria de ETA (después de muerta)
Está visto: en España no puede uno darse la vuelta, ni para
estas largas vacaciones que nos tomamos en el blog, porque cuando toca volver
a lo mejor encuentras que, como si Alfonso Guerra siguiera ahí (que sigue), no
la conoce ni la madre que la parió.
De aquel distante junio, en que dejamos de asomarnos a estas redes, a hoy mismo, hemos tenido indultos de golpistas; nos hemos vacunado
tanto, que algunos ya van por la tercera dosis; ¡coño, pero si hasta pusieron
ruedas y aparcaron lejos de la Moncloa al esbirro de Sánchez, al Algarrobo
Abalos, que andaba como alma en pena en la romería a Su Sanchidad de este fin
de semana en Valencia!
Y, como en Valencia, un cadáver gana su postrera batalla: el
de ETA, cuando “celebramos” (es un decir), el décimo aniversario de su derrota
y desaparición (es otro decir).
Porque resulta que, por la necesidad del apoyo que los
miserables cinco diputados que Bildu tiene en el Congreso (es lo que tiene la
vigente ley electoral, que un gato obtiene el 0,99% de los votos emitidos en
toda España, pero como sea vasco o catalán, ya tiene asientico en la Carrera de
San Jerónimo), el Gobierno socialista-podemita hace mangas y capirotes para
darles contento y satisfacción a todas sus demandas, que no son otras -no lo olvidemos-
que las de los asesinos de ETA.
Ese "hombre de paz y bien" que dicen que es Otegui -yo lo
calificaría de muy otra forma- impostó hace unos días su pesar por los
asesinatos de sus conmilitones, afirmando, con todo el cuajo, que sentía su
dolor y “que nunca debería haberse producido y no se debería haber prolongado
tanto en el tiempo” (o sea que parece que el hecho de que se asesinara sí le
parecía conveniente y justificable en algún momento)”.
Las palabras del terrorista causaron gran contento en el PSOE
y escándalo en cualquiera que tenga dos dedos de frente y un poquito de esa memoria
tan reivindicada. ¿Quién se va a creer que están dispuestos a aliviar el daño y
se comprometen a mitigarlo cuando hay, todavía hoy, 387 asesinatos sin que sus
autores hayan pagado por ellos? Estoy seguro de que Otegui en persona podría
-debería, sería incluso judicialmente exigible- contribuir a su
esclarecimiento.
Pero no, su declaración era una nueva impostura, porque ya
ayer lo que confirmaba era que el precio de su apoyo a los Presupuestos
Generales era la excarcelación de los 200 presos etarras que siguen en la cárcel
en virtud de sus condenas.
Pedro Sánchez contestaba, en sede parlamentaria, a la
oposición, que no iba a negociar con Bildu su voto a las cuentas del Estado a
cambio de presos. Y lo más preocupante de todo era su respuesta: “no, es un no
rotundo”, que es la fórmula habitual que utiliza el felón para mentir con mayor
descaro.
O sea, que ETA está ganando y consiguiendo sus objetivos de
la mano del PSOE al que asesinó a doce miembros (Germán González López, Enrique
Casas, Vicente Gajate, Fernando Múgica, Francisco Tomás y Valiente. Fernando
Buesa, Juan María Jáuregui , Ernest Lluch, Froilán Elespe, Juan Priede, Joseba
Pagazaurtundua e Isaías Carrasco, a los que menciono porque los flamantes
socialdemócratas de nuevo cuño los han olvidado), y logrando lo que no
consiguió asesinando a Miguel Angel Blanco, por cuya vida pedían el
acercamiento y libertad de presos que Sánchez ahora les regala. Memoria, sí, pero
para todos. Y dignidad. Y justicia.
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