InDulto/InSulto
Seamos sinceros: ¿a que no nos ha sorprendido ni un poquito
que Sánchez quiera decidir el indulto a los separatistas condenados por el 1 de
Octubre y sus alrededores para lograr, durante 21 segundos, la instauración de
una República de Cataluña?
Pues claro que no, por la sencilla razón de que el felón, el
embustero, ya había dicho, a raíz de la sentencia del Tribunal Supremo que
condenaba por sedición a los principales líderes del prusés, que el
acatamiento del Gobierno a la sentencia significaba «su íntegro cumplimiento».
Y, lamentablemente, ya entonces sabíamos los españoles que tenemos un
presidente de Gobierno que miente con mayor frecuencia que parpadea. Lo cual
que teníamos claro que, en cuanto le viniera bien, intentaría sacar a la calle
a los delincuentes convicto y condenados en firme en lo que, de producirse, no
sería un inDulto, sino un inSulto, a la mitad de los catalanes, a la
Constitución, a la Justicia y a España.
Para justificar su “cambio de opinión”, para no reconocer que
mintió (porque iba a tener que estar reconociendo que lo había hecho un día sí
y otro también, por esto y por lo otro), Sánchez se aferra ahora a un curioso argumento: el de que mantener en la cárcel a los golpistas supone revancha o
venganza, atribuyendo esas motivaciones, al parecer, tanto a los jueces que
condenaron a esa cuadrilla como a todos los que nos oponemos a esos indultos, que además somos fachas.
Pero el Tribunal Supremo, como antes la Fiscalía, ha puesto
pie en pared y le ha dicho a Sánchez que sí, que podrá hacer lo que quiera (que
es lo que le gusta al narcisista pagado de sí mismo), pero los va a encontrar
enfrente mismo, porque, según su informe, no ve razones de justicia, equidad ni arrepentimiento; desenfoca el sentido del indulto al pretenderlo colectivo y pretende
corregir al propio Tribunal, pues conmutar su sentencia empuja a la
construcción de un «nuevo Estado que sólo existe en la imaginación de sus
promotores».
No lo va a tener fácil Sánchez para dar a sus intenciones una
explicación que podamos asumir los españoles (además de los jueces, los
fiscales y los periodistas) sin dejar de ver las causas últimas, que no son
otras que asegurarse el favor y el apoyo en el Congreso de los separatistas
catalanes hasta las próximas elecciones. Pero si yo fuera uno de ellos, tendría la mosca detrás de la oreja, porque seguro que les miente también a
ellos y acaba escudándose en el informe del Supremo, la oposición de los
fiscales, las críticas de la prensa y de los barones de su partido para acabar
diciéndoles que no ha sido posible y que sus líderes tendrán que seguir a la
sombra. Y si no, al tiempo.
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