VACUNEMIA

Ido Illa (tanta penitencia halle como desastre deja), sustituido por una señora tan poco ducha en cuestiones sanitarias como él, pero que resulta que ya era ministra de antes, sin que no lo supieran más que en su casa, preocupa el proceso de vacunación, que cojea, se arrastra, se incumple y se salta más que Sánchez los protocolos en las recepciones con el Rey. Y no solo, como ya era previsible, porque el exministro del desastre no hubiera previsto el tema de las jeringuillas, que también. No, ahora resulta que estamos en manos de unos estafadores habituales, las farmacéuticas dueñas de las vacunas que, aunque han cobrado ya un pastón de la Unión Europea, con la que habían comprometido mil millones de dosis de vacunas, remolonean, incumplen plazos de entrega, subastan su producción a mejores clientes… Y nos tienen el ritmo de vacunación no en eléctrico be bop , sino en monótona, estática, aburridísima sardana, ya que estamos. Que es más ágil un chotis sobre una baldosa que la “marcha...