Sánchez durmiendo con su enemigo
Hoy he dormido mal, muy mal. Y eso que acabamos de cambiar el
colchón por uno de esos de materiales revolucionarios, con núcleo de muelles
ensacados y acolchado con su capa viscoelástica y fibersoft, isotérmico, a las
finas hierbas y la Biblia en verso. Un pastón, oiga. Pero, nada, he dormido
fatal. Debo ser parte de ese noventa y cinco por ciento de españoles que Pedro
Sánchez decía en la campaña electoral, y del que él acaba de apearse, acostándose
con quien decía causa de su insomnio.
El acuerdo de los Picapiedra -ya saben, Pedro y Pablo- lo
tiene todo para desvelar a cualquiera con un mínimo de sentido común. Todo,
desde el momento (con el Rey enviado a un viaje a Cuba, !toma nísperos!) hasta el contenido, pasando por la urgencia y las formas, tiene
los componentes necesarios para desvelar a los españoles, hoy asombrados de
que, en solo veinte días, el okupa de la Moncloa se haya desdicho de una de sus
más destacadas frases en la campaña electoral y haya alcanzado un pacto de
perdedores con su entonces bestia negra, al punto de hacerlo -o pretenderlo,
que aún queda- vicepresidente del gobierno. Pues menos mal que no podría dormir
con el en el Gobierno.
En la duermevela de esta noche, en algún momento, por pensar
bien, hasta cavilaba que podría ser una jugada maestra del felón socialista,
haciendo como que daba los pasos necesarios para su cacareado “gobierno
progresista”, desgastado ya de tanto abundar en la idea, para a la vuelta de
unos meses decir que vuelve a no poder conciliar el sueño con esos mimbres en
el colchón, tan poco viscoelásticos ellos, y procurar el pacto de Estado
constitucionalista y estable con el que soñábamos los cándidos ciudadanos de
este país a la vista de los resultados electorales. Pero presumirle a Sánchez
tanta inteligencia -ya que el maquiavelismo lo tiene más que certificado- se me
acababa antojando un sueño que no podía conciliar.
Y sí, aún faltan más mimbres para que el matrimonio se
consume. Aún les faltan veinte votos, veinte voluntades, y a lo mejor entre
ellas encuentran a quien no le gusta que le den ya cocinado el pastel hasta las guindas.
Pero, a ver, estamos hablando de gente como el PNV, que seguirá pillando de
todos los españoles para ganar en dineros y prebendas para seguir cimentando su
soberanismo. O del de Teruel Existe, plataforma pretendidamente sin ideología,
pero cuyo diputado, Tomás Guitarte, militó en la Chunta Aragonesista en cuyas
listas concurrió a las Cortes de Aragón en 1987 y 1991, porque lo que no existe
es la pureza ideológica. Sin hablar del Más País de Errejón, que ahora debería avalar a
su anterior compañero de cama, ahora en cama ajena.
Total, que Pedro y Pablo se acuestan, retozan, se abrazan y
juguetean en el tálamo del poder, mientras los españoles, nuestra economía,
nuestro futuro, permanecemos insomnes.
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