Condena a la mafia del PSOE
Se ponga como se ponga el caradura de Abalos, al PSOE, en la
persona de dos expresidentes de la Junta de Andalucía, que fueron también
ministros del Gobierno de Zapatero, junto a otra exministra y dieciséis
conmilitones más, le han condenado por la mayor operación de corrupción de la
democracia española. No, no es como dice el desahogado una condena a la Junta
de Andalucía, sino al partido que se benefició luego electoralmente, durante
diez años, de un sistema delictivo instalado a tal fin, para más inri, con los
dineros que hubieran debido llegar a los más necesitados.
En Ferraz todos se han apresurado a ponerse de perfil, como
si el fallo judicial no fuera con ellos, con la matraca de que “ya se habían
depurado responsabilidades a nivel interno”, que “este es otro PSOE” y
argumentos similares que, en cambio -y siendo más ciertos- no le valieron a
Rajoy, que sí acabó con Bárcenas y los paseos de los de Gurtel por las cercanías
de la calle Génova.
Conviene recordarlo porque desde el PP de Casado
no se ha oído ni una voz, cuando la Audiencia Nacional le ha puesto ruedas al
juez De Prada por las frases que introdujo en la sentencia de Gurtel y
sirvieron a Pedro Sánchez para poner en pie su moción de censura: a Rajoy se le
defenestró con deshonor por un caso que condenaba al Partido Popular (no a él) "como
partícipe a título lucrativo" de los turbios manejos de su tesorero y sus
compinches.
Pero en ningún caso se trataba de dinero público, de fondos
destinados a los parados, de empresas, sindicatos y particulares asociados al
partido, ni de un sistema para delinquir desde un poder público, ni -mucho
menos- durante un decenio y con una cantidad “desviada” de, pásmense, once
cifras: 679.432.179,09 €uros.
Se podrá decir, sí, que al principal condenado por la trama
Gurtel, Francisco Correa, se le probó la comisión de hasta nueve delitos,
mientras que en el Caso de los ERE solo figuran dos delitos en las condenas a
61 años de cárcel y 252 años de inhabilitación, los de prevaricación y
malversación continuadas. Pero es que Correa, ni El Bigotes, ni Bárcenas, ya
puestos, fueron nunca, ninguno, presidentes de una comunidad autónoma, ni
ministros del Gobierno de España, ni presidentes de un partido como el PSOE.
Y esto no es todo, amigos, que quedan 150 juicios y más de
quinientos imputados todavía por salir al ruedo en piezas relacionadas con la
trama de corrupción del Partido Socialista en Andalucía; sin contar que también
pueda ir por delante la jueza con la que sustituyeron a la muy molesta Mercedes
Alaya (porque además han hecho, desde el poder, y no solo en Sevilla, mangas y
capirotes para obstaculizar el proceso), su señoría María Núñez Bolaños, a la
que la Fiscalía Anticorrupción tiene denunciada ante el Consejo General del
Poder Judicial.
Total, que nos quedan años de diversión a cuenta de los
manejos del PSOE durante sus mandatos en Andalucía. Pero, tranquilos, Sánchez,
el felón, como el que oye llover.
Comentarios
Publicar un comentario