Ayuso, ¿Judith o Salomé?
Hoy parece que toca que nos dé mucha pena Pablo Casado, que ha preguntado una tontuna a Sánchez, que le ha contestado en modo “que te vaya bonito”, y ha recibido un largo aplauso de los mismos diputados que ayer lo empujaban al cadalso. Después fuese y no hubo nada. Doy en pensar que, posiblemente, no era eso lo que pretendía Isabel Díaz Ayuso al enfrentarse a los manejos de Génova. Es más, estoy convencido de que la presidenta de la Comunidad de Madrid solo quería la cabeza de Teodoro García Egea, que era el malvado Yafar (el visir de la película Aladdin) con quien se las había tenido tiesas desde el mismo momento en que consiguió su rotunda victoria electoral. Y todo porque, en buena lógica según los usos y costumbres del PP a nivel nacional, la niña Ayuso aspiraba a ser presidenta también del partido en su Comunidad. Y Teodoro no podía transigir con algo que menoscababa el poder absoluto que, como Secretario General del partido, pretendía tener en la organización del mismo...